"Los corales de los que está construido tienen probablemente miles de años de crecimiento", dijo el oceanógrafo Stuart Banks. El investigador marino es el principal de la Fundación Charles Darwin (FCD), que integra el grupo internacional de científicos a bordo del buque estadounidense de investigación R/V Atlantis.
El buque lleva a cabo la expedición Galápagos Deep 2023, dirigida por científicos del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), la Universidad Estatal de Boise (Estados Unidos) y las británicas de Essex y Bristol. Además cuentan con la colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos, la FCD y el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada del Ecuador.
La expedición, que comenzó el pasado 27 de marzo y termina el 22 de abril de 2023, está financiada por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés), de EE.UU., y el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural (NERC, en inglés), del Reino Unido.
Hasta este 17 de abril de 2023 se conocía que en la expedición científica realizaron unas 16 inmersiones de entre 6 y 8 horas cada una. Las travesías se efectuaron en el submarino Alvin y viajaron dos científicos y un piloto.
En una de ellas, encontraron el arrecife al que se refieren como el "cacho de coral", por su similitud con una media luna. El lugar tiene comunidades marinas ricas, diversas y potencialmente únicas.
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Tras el fenómeno de El Niño de 1981-1982, y el de 1997-1998, "más del 97% de los arrecifes estructurales de corales se perdieron en Galápagos". Hasta este abril de 2023 se conocía que los más extensos están en las islas de Wolf, Darwin y en algunos otros parches, recordó Banks.
El "cacho" es el "primer registro de un arrecife de coral de aguas profundas (…) que ha sobrevivido en estado prístino por miles y miles de años". En cambio, en otras partes del mundo el fondo marino está "muy alterado" por la pesca industrial, dijo.
Aunque los científicos lograron recorrer algo más de un kilómetro del arrecife, creen que es "mucho más extenso", y que alberga una alta biodiversidad viva. En cambio, los corales fósiles hallados serán "una ventana al pasado" y servirán para estudiar las condiciones del mar "hace cientos de miles de años".
"Esto nos ayuda a hacer una reconstrucción de clima de los océanos para hoy en día compararlo con la velocidad de cambio climático en los océanos", anotó Banks. El especialista considera que el hallazgo es uno de los momentos más reveladores en sus 23 años en Galápagos.
Fuente: El Comercio