A la orilla del río ya no se siente el frío…”, dice la canción Guayaquil City de la banda ecuatoriana RoCola Bacalao. Es que al parecer, caminar por la rivera del Río Guayas -aquel de aspecto grisáceo y melancólico, que tiene una extensión de 34.500 km²- tiene un efecto interesante en propios y extraños. En la actriz Giovanna Andrade -por ejemplo- causa un sentido de pertenencia e identidad. “Es loco, cuando estoy al lado del Río Guayas me siento parte de algo, me siento monísima”, comenta entre risas. Giovanna vive en Colombia; pero cuando está lejos de casa, lo que más extraña es el clima cálido de su ciudad -Guayaquil-, su comida y la alegría de la gente.
En aquella ocasión, acompañó a Travel.ec en un recorrido por el Guayaquil más bohemio y cultural. Con una personalidad genuina y alegre, es una excelente guía de turismo. Lo sabe y lo recordó entre anécdotas de cuando grabó el video Si tu la ves, del cantante Nicky Jam ft Wisin con el cual se promociona al Ecuador como destino turístico. “Porque de algo que me siento muy orgullosa es que conozco este país, por eso lo extraño tanto”, comentó.
El cálido clima de Guayaquil es perfecto para comer y tomar algo al aire libre. Esta es una de las razones por las que la calle Panamá -una galería a cielo abierto- es uno de los lugares favoritos de los guayaquileños. Ubicada a pocos metros del Malecón 2000, es considerada un ícono histórico de Guayaquil. Aunque fue nombrada así en 1924, tuvo gran relevancia en la época colonial: ahí se ubicaba el Puente de las 800 varas que unía la ciudad vieja con la nueva. Hoy cuenta con oferta gastronómica de calidad, con mesas a la calle y expresiones artísticas. Giovanna nos comenta que esta calle debe ser visitada por los turistas “sí o sí” para vivir ese ambiente bohemio.
Esta zona fue regenerada hace poco y ahí se ubica el Museo del Bombero Ecuatoriano Jefe Félix Luque Plata, que fue inaugurado el 25 de julio de 1982. Este lugar -de acceso gratuito- muestra piezas de la historia bomberil de la ciudad que en varias ocasiones fue víctima de incendios.
Si visitas esta zona, no olvides tomarte fotos con las esculturas de los personajes que ahí se encuentran y representan la cotidianidad de la ciudad: el cangrejero (Panamá y Loja), el canillita (Panamá y Tomás Martínez), el betunero (calle Imbabura), la escultura de Alberto Spencer (en la esquina de la calle Luzárraga), Vicente Rocafuerte (en la esquina de la calle Luis Urdaneta).
El lugar perfecto para los amantes del cacao -la “pepa de oro”- y el chocolate. Ubicado también en la calle Panamá, el Museo del Cacao es un homenaje a la cultura cacaotera, una actividad de antaño que dominó esa zona. Está ubicado en la Casa Patrimonial Guzmán Azpiazu, un inmueble edificado entre 1927 y 1929 y considerado como uno de los más lujosos de su época. Su diseño arquitectónico, sus balcones y detalles, cuentan con coloridos arreglos florales en relieve, y son ya un ícono de la ciudad.
Los visitantes tienen a su disposición quince salas donde se puede apreciar muestras de culturas ancestrales, recreaciones de bucaneros y piratas, vestigios arqueológicos y diversos contenidos.
Ahí podrás conocer el proceso, desde la siembra, el cultivo, la cosecha y hasta la preparación de la tableta de chocolate. Todo reafirma el orgullo del hecho de que el origen del cacao es ecuatoriano, desde hace más de 4.000 años.
La experiencia te transportará a un viaje lleno de aromas y sabores únicos, vinculados al mejor cacao del mundo.
Según Giovanna, para descubrir ese Guayaquil bohemio y cultural, es imprescindible pisar la colorida calle Numa Pompillo Llona, cuna de artistas y una de las más antiguas de la ciudad (se remonta al siglo XVI). Se caracteriza por sus acogedoras casas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Por sus calles empedradas caminaron personajes que vivieron ahí como el presidente Alfredo Baquerizo Moreno; el compositor del Himno Nacional, Antonio Neumane; el escritor Enrique Gil Gilbert; la escultora Yela Loffredo; el líder político argentino Ernesto ‘Che’ Guevara, entre otros. “Por donde veas, hay una historia que contar, un recuerdo; algo que te remonta a la cultura de Guayaquil”. También se encuentran ahí los museos de Barcelona y Emelec y la antigua cervecería nacional. “Las escalinatas, las 444, también te permiten entrar en ese mundo maravilloso donde puedes encontrar artistas que te invitan a conocer sus acogedores talleres. Te encuentras con la gastronomía de Guayaquil, la gente te dan patacones, te brindan la cerveza Pilsener, la famosa ´pescuezuda´”, finaliza.