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Los tatuajes toman protagonismo en la historia del arte

Existen dos motivos por los que una persona se hace un tatuaje. El primero resaltar su estética o identidad y el segundo, inmortalizar momentos.

Que dejen de ser estigmatizados y relacionados con ciertos grupos o pandillas, enfatiza sobre los tatuajes Patricio Nardi, artista tatuador de Nardi Ink. Él al igual que Catalina -la joven a quien se encontraba tatuando durante esta entrevista sostiene que con el paso del tiempo el tatuaje se ha introducido en las diferentes expresiones artísticas y profesionales ya que su óptima realización requiere de conocimiento, estudios, técnica y preparación.

El cuerpo humano es el lienzo donde se desarrolla este arte, un lienzo viviente que con tinta permanente lleva plasmado anécdotas, recuerdos, gustos, paisajes, rostros y un sin fin de símbolos que provienen de la mente, gustos y experiencias de cada persona. Cualquier parte del cuerpo es válida para su realización, pero dependerá de la habilidad y creatividad del artista encajar y hacer brillar el diseño elegido sobre la piel.

Cuando Nardi salió del colegio se dio cuenta que, mediante su amor por el tatuaje, debía contribuir con romper el estereotipo que la gente arrastra por generaciones. “La gente tatuada no siempre pertenece a alguna organización o pandilla”, señala, y enfatiza que el desconocimiento es lo que hace que se critique negativamente este arte. Él sugiere que abran la mente e investiguen más acerca de este lenguaje, de esta forma de comunicación contemporánea.

Hace más de 15 años aprendió a tatuar en una tienda de Quito que lo acogió como su aprendiz. Se inspiró en el arte del renacimiento y el grabado. Siguió de cerca a artistas como Francisco José de Goya, Miguel Ángel, Jackson Pollock, entre otros, que veía en libros y revistas. Al consultarle sobre su estilo, dice que se considera un artista clásico y “vieja escuela”, que con el tiempo ha evolucionado a un arte más limpio, puro y minimalista.

Cree en la conocida frase “menos es más”, por ello sus únicos instrumentos son una máquina muy precisa, tinta negra y una aguja fina y afilada. A esto le añade una característica fundamental: el pulso. Realiza tatuajes lineales, puntillismo, blackwork y retratos. Todos los estilos se logran de acuerdo a la anatomía de cada persona. Nardi intenta llevar a la mínima expresión posible la sombra, el volumen y el color de cada diseño. Su objetivo principal es hacer una gran obra con pocos recursos.

“Me inspiro en las formas, patrones y texturas de la naturaleza, animales y paisajes que me rodean. También busco nutrirme de la historia del arte que ha forjado nuestros valores estéticos en Occidente. Me interesa estudiar diferentes épocas de la pintura y es importante tomar referencias de varios artistas desde el renacimiento hasta la vanguardia del arte contemporáneo. También me inspiro en el estudio de las formas y la deconstrucción de estas, la idea de llevar dichas imágenes a un plano minimalista me motiva para generar muchas de mis obras”, resalta.

La Capilla del Hombre se convirtió en un estudio de tatuajes. 

La Fundación Guayasamín, Capilla del Hombre, es un museo de arte, construido en Quito en los años ochenta, por iniciativa del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín y en homenaje al ser humano. 

Este fue el escenario donde Nardi vivió el momento más importante y anecdótico de su carrera como tatuador, hasta el momento. Sucedió el pasado febrero. Todo empezó con un cuestionamiento sobre ¿por qué el tatuaje no puede realizarse en un espacio cultural o en un museo? Y aunque han existido performances similares que se han mostrado como proyectos experimentales, el tatuador pretendió mostrar la verdadera dimensión artística que esto conlleva.

Dentro del espacio, como si de una escena de película se tratara, reprodujo sobre el torso de uno de sus clientes la reconocida litografía del Guayasamín: ‘Rostro y mano’. Grabar con tinta negra los rasgos geométricos le tomó aproximadamente dos horas. Lo hizo con público en vivo. Al recordar esta experiencia que además fue un homenaje, el artista comenta que el objetivo de llegar a más personas se logró y que la idea es continuar haciéndolo en más espacios similares, tanto nacionales como internacionales.

Nardi ha plasmado algunas obras de varias épocas de la historia del arte y de diferentes artistas, por ejemplo, pinturas de Klimt, Schiele, Van Gogh, Magritte, Miguel Ángel, Botticelli, Giambologna, Guayasamín, entre otros.

Texto: Evelin Caiza / Fotografía: Kristofh Pozo

04 agosto 2022
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